La vida no se mide en minutos se mide en momentos.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

martes, 29 de agosto de 2017

Capítulo 23: Just keep swimming.

¿Seré capaz de ir desde mi casa hasta la estación de Atocha?
Hace un rato me he puesto el disfraz de Nemo y me he adentrado en el infinito océano de las calles de un Madrid poblado de nubes.

La empresa no era baladí en cualquier caso. Los que me conocen lo saben, me pierdo en una baldosa. Un pirata madrileño, para más inri, navegando por callejuelas estrechas y amplios bulevares.

¡Pero Ru, si es todo recto desde tu casa! Exclamarán los más atrevidos, pero queridos, en mi mundo la linea recta no existe.

Asi que, ataviado nada más que con el valor propio de un Nemo de colores llamativos, me he puesto a andar descifrando a cada paso el sendero a seguir, con más ímpetu que pericia.

He procurado no guiarme por app ninguna, ni preguntar a los lugareños, que complacientes me dirian que camino era el adecuado. No, lo quería hacer complicado. Debía ser un auténtico reto por lo que mi única guía serían los árboles, viendo hacia que lado crecían las ramas o salía el musgo en sus ancianos troncos. El viento, por supuesto, oliendo el rastro cuál adiestrado sabueso. Los pájaros, con su misterioso vuelo. Las estrellas, imaginando donde estaria la Osa Mayor. En fin, mi metodología para lograr cantar victoria, era intentar desplegar toda mi sabiduría de boy scout y ver donde paraba.


Observando hacía donde soplaba el viento. La fuente me fue de gran ayuda. 
Un pequeño receso para escuchar a los árboles. Esos troncos no tenian musgo que me diera pistas, pero aún asi me aventuré a seguir mi instinto. Just keep swimming!
Encrucijada. Palomas, ¿qué sendero he de tomar? Nada, ni caso. 
¡Lo conseguí!
Saboreando la victoria. Conquistada Atocha, una ďuda me sobrevino de inmediato...¿y ahora por donde vuelvo?

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