La vida no se mide en minutos se mide en momentos.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

viernes, 31 de enero de 2014

Serendipity

Sentado en el banco, apenas podía mirar otra cosa. Esos ojos me habían impactado de tal forma que mi maltrecho corazón latió, eso si, tímidamente. Hacia mucho tiempo que mi alma no me decía algo y esa tarde me susurró al oído. Escuché muy dentro de mi estas palabras. "Rubén, esa mujer tiene algo. Esa hechicera te ha embrujado." Durante dos o tres horas no fui capaz de pensar en otra cosa. Lo intenté, siguiendo con las series de abdominales y musculación en las que me había sumido antes de caer en las garras de esa enigmática mirada. Sin embargo, pese a intentar quedar extenuado y que mi mente no pensara, no logré sacarla de dentro de mi cabeza. ¡Dios, esos ojos! ¿Por qué en ese momento?¿Por qué ese preciso instante? Ya la había visto antes, esos oscuros ojos no me eran totalmente desconocidos, entonces ¿por qué demonios esa tarde de finales de Mayo me sobrecogieron de tal forma? En esas interminables tres horas que no dejé de pensar en ella me debatía entre dos ideas. Un Rubén cobarde, que decía para que darle más vueltas y un Rubén curioso, queriendo saber más acerca de lo que había tras esa potente mirada. 
No sabía nada de ella, sólo que la conocí gracias a una serendipia unos cuatro meses antes de esa inquietante tarde. Un hecho fortuito, una casualidad de esas de las que hacen que la vida tenga una pizca de misterio. ¿Por qué suceden las cosas?
Metido en la cama, sin poder evadir mi mente de la realidad, tomé una decisión. Antes de quedar dormido, soñando probablemente ser un héroe que salvaba a esa mujer de un terrible destino, le escribí un mensaje. Una corta frase, unas palabras que quizá no significaran gran cosa para ella pero que a mi me hicieron volar alto. Puede que la primera vez desde lo que a mi modo de ver parecían siglos y siglos. "Esos ojos son de otro mundo", algo tal que así puse en ese escueto mensaje. 
Dos minutos después soñaba plácidamente con hadas buenas y mágicos príncipes o quizá con morenas maestras enseñando a traviesos niños. El caso es que al despertar volví a la realidad, y me arrepentí de haber escrito ese mensaje. ¡Estas loco, Rubén! Me dije mientras el agua tibia de la ducha caía sobre mi cuerpo.
Las sincronicidades ocurren, casualidades increíbles que dejan boquiabierto al que las padece. Creo en ello, y debo ser coherente con mis creencias.
Mismo lugar, mismo banco, parecidas rutinas de ejercicios. Y ella volvió a aparecer. ¡Esos jodidos ojos! Hace un par de días vino de nuevo, de sopetón, sin previo aviso. Su foto era increíblemente bonita, desde luego esa mujer es bellísima. Pero no sólo es eso, es su oscura mirada. Me llama, me atrae, me tiene hipnotizado. De nuevo, no pude dejar de pensar en ella. La historia se repite pero esta vez no la escribí un mensaje para decirla lo increíble que me parece su mirada. En esta ocasión pensé en escribir sobre ella. Durante estos dos días he puesto en orden mis miedos y mis deseos, ¿qué es lo que quiero? No lo se, sinceramente. No se quien es esa mujer, si esta casada o es viuda. No tengo ni idea de como suena su voz, o si su risa es escandalosa. ¿Es diestra o zurda?¿Le gustará tanto el dulce como a mi?
Los cuentos de hadas, los archifamosos fairytales, siempre acaban con un vivieron felices para siempre. Hoy no estoy por la labor de escribir algo así, esta historia es imposible que acabe con un ....and they lived happily ever after. Demasiadas variables en juego, incógnitas que seguirán siendo la x de la ecuación sin resolver. Pero entonces, ¿por qué escribo esto si no creo que haya la más mínima oportunidad de ver esos misteriosos ojos en persona? Bueno, las serendipias suceden y mi alma romántica desea que ella lea esto y me escriba unas palabras. No obstante, mi parte más realista sabe a ciencia cierta que Cenicienta sólo esta en los libros y que su zapato no es real, no se vende en ninguna tienda de Jimmy Choo ni está expuesto en local alguno de Blahnik. También, mi yo menos fantasioso intuye que el Príncipe Azul no se encontrará con la urna de una Blancanieves comatosa, y dudo que un beso la despierte de ese estado vegetativo por muy bella que ella sea y muy mágicos que sean los sentimientos del noble y encantado príncipe. 
Pero no puedo terminar de esta manera una historia como la de hoy. Y cual mago tanteando el fondo de su chistera negra deseando que el conejo de la suerte siga por ahí en algún lugar, miraré en lo más profundo de mi pequeño corazoncito e intentaré sacar algo de esperanza. Como la que tuvo Bestia cuando dejó marchar a Bella del castillo donde la tenía prisionera. Ella deseaba ver a su padre al que le quedaban unas pocas horas de vida, él aceptó dejarla ir con la condición de que volviera en una semana. Bestia mantenía la esperanza de que ella respondiera a su pequeño gesto. Tras superar las trastadas de sus envidiosas hermanas ella consigue llegar al castillo de su captor a tiempo para cumplir su promesa y declararle su amor eterno. Bestia entonces se transforma en un apuesto príncipe. Este había sido convertido en un horrible monstruo por una malvada bruja cuyo hechizo fue roto por el amor incondicional de Bella. 
En lo más hondo de mi alma se encuentra ese poquito de optimismo, esa ilusión y esperanza porque aparezca alguien como Bella y neutralice el encantamiento que tiene encarcelado mi corazón e impide que lata con fuerza. 
Quizá alguna noche me ocurra otra increíble serendipia, y mi mano se encuentre con la de una bonita chica y se junten eternamente para no soltarse jamás. Y cuando eso ocurra escribiré una última entrada con sólo una frase. 
.....and they lived happily ever after.....
Espero que algún día podáis sonreír ante esa última nota de mi blog. No será para menos, ya que querrá decir que los cuentos de hadas existen y eso, queridos amigos, sería maravilloso. ¿No creéis?

3 comentarios:

  1. Después de leerte abro la ventana de mi cuarto, entra el aire frio. Me encanta sentirlo en la cara. Escucho silencio a pesar de los ruidos de una mañana de sabado: niños, trenes, pajaros,... Y me quedo pensando en esa magia de la vida que vemos reflejada en el cine. Ocurre siempre en todas las películas, si no, no habria emoción. En nuestras vidas es más de tanto en tanto, sin embargo también pasa. Y observando mi árbol, que parece estar preparando ya sus brotes primaverales.... imagino que la chica de ojos oscuros y misteriosos lee tu escrito, reconoce quien eres porque también lleva tiempo descubriendo tu imagen en su cabeza cuando menos se lo espera....y te deja un mensaje. Allí, donde ella sabe que entrenas. Un lugar y una fecha en el mensaje. .... y en ésta, mi pequeña fantasía mañanera, la pareja se enamora a la primera palabra..... Lo mejor de todo es que, como en muchas peliculas, lo fantástico no se muestra. ..pues ocurrirá a partir de ese momento que parecia el happy ending.
    Esto te deseo, Peter. Se feliz.

    ResponderEliminar
  2. Yoana, simplemente eres genial.
    Hace mucho tiempo quise entrar en el mundo del cine porque creo que es cierto lo que dices, es el lugar donde la cosas buenas siempre ocurren. Pero no sólo ahí puede darse la magia de un final feliz. Es posible escribir tus propios sueños, crearlos de la nada. Imaginando podría decir que esa niña de mirada penetrante me cita en un parque, junto a una fuente. Y una mañana soleada de domingo voy nervioso a conocerla. Al llegar me paro unos metros antes, contemplo su cara, miro su sonrisa. Preciosa. Las gotas de agua, al caer de dos chorros que salen de la boca de dos angelitos, iluminan más sus ojos. Los reflejos del sol en esas pequeñas gotitas lanzan miles de colores sobre el rostro de esa chica. Ningún pintor, ninguna foto, podría captar esa embriagadora belleza que admiro en ese preciso instante. Nadie más que yo podría sentir lo mismo, ya que esos ojos sólo me miran a mi y eso me hace ser especial. Reanudo entonces la marcha y me acerco lentamente, disfrutando de ese momento que jamás se volverá a repetir. Sólo hay una primera vez para todo y hay que deleitarse, saborear esos segundos que nunca volverán atrás. Ya a su lado, sonrio y un tímido hola sale de mis labios. Ella me da dos besos y al juntar nuestras caras huelo su perfume. Los sentidos giran y danzan, bailan y saltan. Huele a un millón de flores juntas, a tierra mojada, a mar embravecido, quizá con un toque a montaña y nieve. Cierro los ojos mientras me besa en la mejilla, y sólo siento.
    Imaginado podría ser así o puede que ella me escriba y diga Rubén, eres encantador pero estoy casada y tengo dos niñas de 8 y 10 años.
    Quizá ese mensaje nunca llegue. Ha leído la empalagosa carta que la dirijo y no sabe ni que decir. En el peor de los casos nunca leerá estas palabras y mis sueños se quedarán en ese lugar donde acabarán olvidados para siempre.
    Los sueños tienen esa característica fundamental que los hace tan atrayentes, jamás sabemos cuales se cumplirán. Hay muchos, miles. Unos ojos, una sonrisa, un teatro, una caricia, un libro, un viaje, un beso....
    Creo que lo más increíble y bonito es tenerlos, que se cumplan ya es otra historia.
    Un abrazo tinkerbell.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imaginarlos es muy bonito. Y creo que las ilusiones alimentan el alma... se cumplan o no. Son necesarias, el motor de nuestro movimiento. Hay quien dice que prefiere no ilusionarse para no sufrir el batacazo... pero si no crees en ello, nunca sucederá.
      Sin embargo... pienso que los sueños que llegan sin haberlos soñado aún... son los mejores. Imagino muchas veces cómo será.... "algo en concreto que deseo mucho"... y lo imagino de mil y una maneras, pero sé que debo estar abierta a otras muchas maneras de que suceda. Porque puedes desear ALGO, pero... no el MODO en el que ocurrirá. Eso llega de la manera menos pensada. Y es ahí donde hay que tener los sentidos abiertos para reconocer que AQUELLO es para ti. Y que la manera en que llega a ti... es igual o más mágica que la que habías imaginado.
      Así que sueña... pero abre los ojos :-) No crezcas... pero sigue aprendiendo.

      Con cariño:
      TB

      Eliminar