La vida no se mide en minutos se mide en momentos.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

viernes, 5 de julio de 2013

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

El miércoles a eso de la una de la mañana estaba en la puerta observando la terraza.
La noche estaba perfecta para tomar algo y la gente se divertía y reia. Una buena noche de verano en  Madrid.
Un chico joven, de mi edad, se me acerca y me pregunta...
- ¿En la terraza cobráis más caro?¿no?
- No mucho más que en la barra, y la noche esta genial. Siéntate y ya te llevo lo que quieras. ¿Qué vas a tomar?
- Una cervecita.
- Muy bien, ahora te la llevo.
El tío pasa al servicio y le dejo la cerveza en una mesa al azar. Una mesa que curiosamente esta al lado de otra en la que hay tres chicos, dos mujeres y un hombre.
Al salir del servicio coje la carta y me pregunta....
- ¿Está abierta la cocina?
- Aún estas a tiempo, ¿tienes hambre?
Se queda unos instantes mirando lo que tenemos y posa su mirada en el jamón.
- ¡Qué buena pinta tiene!
- ¿Quieres un bocadillo con un poquito de tomate?
- Perfecto. ¡Gracias!
Le preparo el bocadillo y al llevárselo me fijo en algo que me llama la atención. Él esta mirando descaradamente a una de las chicas de la mesa de al lado, una colombiana bastante mona. Y me llamó la atención porque el tío no se cortó ni un pelo.  No disimulaba para nada. Directamente la mirada sobre la chica sin apartarla más que para decirme....
- Gracias socio.
¿Socio? En fin, me voy para dentro y paso un rato hablando con las chicas. Al poco le digo a Annie....
- Echa un vistazo fuera, porfa.
Vuelve sonriendo y me comenta lo mismo que vi yo antes.
- Oh, oh. (Una expresión de ella) ¡Ha surgido el amor ahí fuera!
- Jajajajajaja. ¡Ya lo vi antes! El tío no hacia más que mirarla.
- Y ella, Rubén. Ella no le quita el ojo tampoco.
- ¡Pero si es súper feo!
Estamos ya recogiendo por dentro, y veo pasar al servicio al chico. Muy bueno el bocata socio, me dice. ¡Y dale con el socio otra vez!
A los dos segundos entra ella. Muy guapa, con unos pantaloncitos cortos y una camiseta. ¿Qué coño verá esta en el tío ese?
Salgo a limpiar la barra un poco y veo algo que sólo lo puedo calificar como extraño. El chico esta asomado a la puerta del baño de las tías. ¡Le está dando el teléfono!
Hago un gesto negativo con la cabeza. De incomprensión. ¡Pero si es feo y tiene tripa!
Les veo salir disimuladamente al poco. Primero uno y luego el otro. Nosotros nos reímos. Estamos flipando, claro.
Miro mi reloj. La 1:40. Bueno, ya casi es la hora. Salgo a ver si alguien quiere algo más. Una ronda para la mesa de los tres amigos, y una cerveza más para mi "socio".
Él sigue mirándola pero ahora juega también con el móvil, se mandan mensajitos de una mesa a la otra. Alucinante. ¿He dicho ya que era feo? Y con lo de feo quiero decir que yo me considero más guapo, claro está.
Las 2:15. Ya estamos limpiando todo por dentro pero en la terraza aún hay tres mesas. Y mientras hago la caja y sumo facturas vuelve a suceder. Esta vez entra ella primero y él la sigue a los pocos segundos. Y se meten los dos en el servicio de las chicas. Adela, curiosa camarera, se acerca para echar un vistazo. ¡Se están morreando!
Vuelvo a hacer ese gesto de incomprensión y estoy por entrar y decirla, ¡pero no ves que es feo!¡mirale bien por favor!
Al final de la noche el chico se va por su lado y los tres amigos por otro. Y esta historia no serviría más que para echar unas risas sino fuera por un detalle.
Jueves, a las 8:30 de la tarde de ayer.
La colombiana entra al bar. Más arreglada que el día anterior. Preciosa. Aunque las chicas me dicen que no exagere. Así que reculo y digo, vale dejemoslo en guapa.
Se pide un vino y sale a la terraza, se la ve nerviosa y mirando el móvil cada tres segundos.
Y al rato no podía creer lo que vi. Mi "socio" aparece en escena. Vestido igual que el día anterior. Igual de feo, la noche no confunde. ¡Es feo de día también!
Paga la chica su vino y desaparecen.
Y a mi me dejan pensando en algo tremendo. ¿Por qué a otros les resulta tan fácil ligar y para mi es un mundo?¿Por qué ese va a echar un polvo y yo dormiré abrazado a mi almohada?
Vuelvo a hacer mi gesto de incredulidad.
¡Pero si es que es feo!

lunes, 1 de julio de 2013

Cuento de Navidad....en verano

Ayer me encontraba en la cama. Tumbado a la 1:00 de la noche con la única luz de la pantalla del iPad iluminando la habitación. Y una pregunta rondaba una y otra vez por mi cabeza. ¿Y ahora qué?
Cansado ya de no obtener respuesta busqué un audio en ivoox, algo que hiciera que me evadiera de mis pensamientos por un instante.
Elegí un corte de un programa que me suele gustar y puse el temporizador para que se apagara a los 15 minutos, justo el tiempo necesario para quedarme dormido.
Al poco de estar dormido me giré inconscientemente. Sentía como si alguien me observara y no tuve más remedio que abrir los ojos. Y allí estaba, sentado en la silla que tenía frente a la cama. Al principio pensé que era parte del sueño pero cuando me dijo, buenas noches Rubén ¿qué tal estas?, me dio tal susto que casi me muero de un ataque al corazón. La visión intentó calmarme. No te preocupes, no te haré nada. Tranquilízate. Me decía. Pero aún así, tardé un momento en recobrar mi respiración habitual. El personaje en si no tenía nada especial. Era un hombre de unos 40, y vestía unos vaqueros y una camisa. Y fue al fijarme detenidamente en su cara cuando lo reconocí. Era el portero de mi anterior casa.
- Hola Rubén, vengo a enseñarte algo. Ven conmigo.
- ¿Qué ocurre? ¿Cómo has entrado?
- No te preocupes Rubén, no nos llevará mucho tiempo.
Al rato me encontraba como observando todo desde las alturas. Y lo más extraño. Estaba viéndome el día que me fui de mi casa, recogiendo las pocas cosas que me llevé el último día que estuve en el que una vez fue mi hogar.
Metía cosas en unas bolsas. Recogía un par de libros que necesitaba. Deambulaba por la casa deteniendo mi mirada en cada recoveco, en un último intento de rememorar cada momento de alegría que pasé allí. Me vi bajando las bolsas al coche y volviendo a subir para echar un último vistazo a todo. E instantes antes de abandonar mi casa vi como me sentaba en el sofá con la mirada perdida. Y de pronto lloré. No recordaba que hubiera pasado así. Pero ahí estaba yo, sentado y llorando durante unos minutos. Y de pronto me levanté y dije en alto y con la voz algo entrecortada. ¡Volveré!¡Volveré!
- ¿Por qué estoy viendo todo esto ahora?
- Soy el fantasma del pasado. Te muestro como estabas hace unos meses.
La visión me señaló hacia abajo con la mirada. Y observé que ahora conducía, me dirigía a casa de mis padres. Un lugar conocido, en teoría. Era de noche ya, la oscuridad se abalanzaba sobre mi. Y me paré en un centro comercial. Necesitaba comprar al abono transporte. No supe encontrar el estanco pese a haber crecido allí. Andaba perdido. Salí a la calle y pregunté. Mi mente no estaba donde debía estar. Con los ojos llorosos seguía las indicaciones de la gente.
Y al llegar a la casa donde pasé mi infancia no la reconocí. Me dio un agobio tremendo. Yo veía todo eso ahora, desde la perspectiva de la altura y del tiempo. Miré mi rostro descompuesto. Escuché mi voz diciendo que no tenía ganas de cenar. Me observé poniéndome el pijama y metiéndome en la cama en la que no había estado en 10 años.
No resistí esa presión y al día siguiente me fui a Pamplona a ver a mi hermano.
De pronto volvía a estar en mi cama, la visión ya no estaba pero escuchaba de fondo en un susurro unas palabras.....piensa en ello Rubén, piensa en ello.....
Conseguí dormirme pese a que todo aquello me asustó muchísimo.
En un momento indeterminado de la noche tuve sed. Estaba sediento y fui al servicio a beber un poco de agua. Con los ojos cerrados tanteé el grifo. Bebí. Y antes de volver a la habitación escuché una voz femenina.
- Hola Rubén, vengo a enseñarte algo.
Di un respingo, quizá incluso solté un pequeño grito. No recuerdo bien.
- ¿Quien cojones eres?
- Soy el fantasma del presente. Ven conmigo, deja que te muestre algo.
Conseguí enfocar la vista en ese espectro. No parecía un fantasma al uso. De hecho ojalá todos fueran como ella. Era una mujer de unos 30. Era la rubia que iba por mi trabajo, esa que llevo tanto tiempo viendo y que jamás me atreví a decir nada.
Con un chasquido de sus dedos me llevó hasta un lugar. No lo reconocí. Allí había alguien, una mujer intuí pero no la veía bien la cara, la visión estaba borrosa. Leía algo en voz alta. Y eso si que me sonaba. Era un fragmento de una entrada de mi blog. Su voz sonaba triste, quizá melancólica. Puede que soñadora.
Con otro chasquido de dedos, el espectro y yo dejamos a aquella voz y me trasladó a un lugar en el que he pasado muchas horas. Estaba tumbado, en el suelo. Intentando hacer abdominales sin conseguir levantarme. Una lágrima corría por mi mejilla. Uno de tantos de esos bajones que me han dado en los últimos meses. Este que observaba ahora ocurrió este mismo viernes.
Miré al fantasma, y su mirada, cálida y tierna, no se apartó de la imagen mía en el suelo secándome las lágrimas con la mano. Y solamente dijo, Rubén tu momento no ha llegado aún, no te desanimes.
Esas palabras se repetían una y otra vez al darme cuenta que ya estaba en la cama de nuevo. ¿Qué estaba pasando?¿Era todo un sueño?
Con estas preguntas me quedé traspuesto. En una especie de vigilia extraña, donde no sabia si aún seguía despierto o si estaba dormido.
Y alguien tocó mi hombro. Rubén, Rubén, Rubén. ¡Despierta! Con un zarpazo al aire que traspasó a esa nueva visión le di la bienvenida al nuevo fantasma. Esta vez un niño. Irreconocible para mi.
- Hola Rubén, soy el que te va a enseñar el futuro.
- ¿Por qué a ti no te reconozco?
- Porque aún no he entrado en tu vida.
Me cogió de la mano y me llevó muy alto. Tanto que no veía nada. La Tierra era un punto minúsculo en la oscuridad.
- ¿Que se supone que tengo que ver?
- Tu futuro.
- Pero no veo nada.
- Claro. Tu futuro sólo lo escribes tu, Rubén. Ni siquiera yo puedo enseñártelo. Nada está decidido aún.
El despertador del teléfono sonó a las 8:00 de esta mañana. Y sentado sobre la cama he empezado a recordar este cuento de Navidad tan singular en el que yo era Scrooge y me visitaban los fantasmas del pasado, presente y futuro.
¿Fue real o un simple sueño?

viernes, 28 de junio de 2013

Secretos

Fort Meade, 30 km al Noroeste de Washington D.C.
11:37 de la mañana.

Michael Ramírez estaba sentado en su despacho de las oficinas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Iba por su tercer café de la mañana. El día anterior había organizado una barbacoa en el jardín de su casa en Georgetown y por la mañana se había levantado con un dolor de cabeza tremendo y una acusada sensación de no haber descansado nada en toda la noche.
Al llegar le había sido asignada una lista, debía comprobar cada nombre de ese par de folios. Como analista de la NSA tendría que pasar las próximas horas leyendo minuciosamente cada palabra que le proporcionaran las bases de datos de la Agencia y determinar si existía algún fundamento de sospecha en esos nombres.
Había acabado el informe de Yusuf Amir desechando cualquier posible vinculación con una cédula terrorista en El Cairo. Y pasó a teclear el siguiente nombre.
Empezó a leer y de pronto hizo un movimiento brusco en su silla. ¡Diablos! ¡Tengo que avisar a Tom! Se dijo.
Descolgó el auricular y marcó la extensión de su supervisor.
Thomas Winkler leía el Washington Post cómodamente en su despacho al sonar el teléfono.
- ¡Hola Mike! Escucha, siento haberme tenido que ir tan temprano ayer de la barbacoa pero ya sabes, el embarazo de Rachel me esta volviendo un poco loco. ¿Qué tal Beth y los niños?
- Bien, bien. Tom, tienes que venir un momento.
- Ahora mismo voy para allí.
Al colgar Michael empezó a tomar notas en su bloc. Unos datos básicos para presentar a Tom cuando llegara. Ese nombre que resaltaba en la pantalla le hizo estremecerse, algo no cuadraba en todo aquello. Su instinto le decía que allí se escondía algo más.
A los cinco minutos Thomas entró por la puerta con su sempiterna sonrisa en el rostro.
- Caray Mike, ¿cuando te vas a cambiar esa gorra de los Yankees? ¿Te presto la mia de los Dodgers?
- ¡Déjate de gorras Tom y lee esto!
Thomas cambió su semblante al leer unas pocas líneas de la pantalla.
- ¡Maldita sea Mike! ¿Quien es este tipo?
- Aún no lo he investigado en profundidad, pero me ha dado mala espina desde el principio.
- ¿Cuál es nuestro enlace en España?
- Espera que lo busco.
Michael tecleó unas órdenes y la pantalla devolvió un listado.
- John Hodge, secretario personal del Cónsul. Es nuestro agente para España.
- Muy bien Mike, ponme al teléfono con él. Pide permiso para que te asignen una línea segura, cuando esté me avisas. Averiguaremos quien demonios es ese tal Rubén Ferrán.

Esto podría ser el principio de una buena historia. Basada en parte en hechos reales.
Pero antes de todo dejarme haceros una pregunta, ¿existen los secretos hoy en día?
La NSA americana, el MI6 británico, el Mossad israelí, el BND alemán, incluso el CNI español. Todos espías amparados por sus respectivos gobiernos. Todos involucrados en un red global de espionaje que toma de la protección su leit motiv, pero ¿ahí algo más?
¿Existen intereses creados a nivel económico para que el espionaje se haya vuelto tan rentable como parece?
Hace un par de semanas salió a la luz un informe que alguien de dentro de la NSA había hecho público. Un currito de la agencia más poderosa de espías había dado a algunos periodistas un pendrive con cierta información. Entre esos documentos constaba una presentación en Powerpoint en la que básicamente se decía que todos estábamos siendo vigilados por ciertas empresas. Nuestras direcciones de correo electrónico habían sido violadas, nuestros mensajes leídos, nuestras conversaciones escuchadas. Google, Skype, Yahoo, Facebook, Microsoft, Apple.....todos ellos habían dejado, voluntariamente, vía libre a los agentes de la NSA para olisquear en sus servidores. Para buscar cual perros de presa algún dato que fuera sospechoso.
A este programa de vigilancia se le dio el nombre en clave de PRISM.
¿Pero con qué fin leen y escuchan?¿Todo es por salvar a la patria? Me da a mi que no. Yo cada día borro varios correos en mi cuenta de email dedicados a venderme cosas. Cada día miles de anunciantes se pasean por Facebook. Empresas de cierto porte se llevan acuerdos de mucho dinero por saber cierta información vedada a la mayoría. Y es que cuando hay dinero de por medio me río del emblema americano de proteger y servir.
Hace unos meses se decía que Apple había metido un chip en su Iphone4 que nos mantenía totalmente localizados donde fuéramos. ¿Os habéis preguntado por qué hay llamadas gratuitas por Skype, o mensajes sin ningún coste con Line o Whatsapp? Simplemente porque es más sencillo capturar las señales y grabar conversaciones. El mundo se ha convertido en un Gran Hermano gigante donde en cada momento saben lo que haces y dices.
Todo lo que escribo tiene algo que ver conmigo, y os preguntaréis que leches tengo yo en común con espías y agencias más propias de películas de Bond o Bourne.
Cierto día, hace diez u once años, yo volvía de la facultad. Al llegar a casa mi madre, preocupada, me dijo "tienes una carta del juzgado". Yo, extrañado y curioso al mismo tiempo, la abrí y leí el contenido. Un juez me avisaba que mi teléfono había sido intervenido durante un mes y que pasado ese tiempo y sin haber detectado nada sospechoso habían liberado la línea. Me reí. La verdad es que me pareció gracioso que alguien en alguna parte hubiera escuchado una conversación con mi pareja de aquel entonces, algo del estilo....bueno cielo me voy a dormir ya que mañana madrugo para estudiar. Vale cariño, un besito. Venga cuelga. No, cuelga tu primero. Venga, va. Oye, no me engañes que aún te oigo respirar. ¡Que bobo eres!¡Tu si que eres boba! A la de tres colgamos los dos, ¿vale? Una, dos y tres....
Así que me imagino a ese analista en el departamento de inteligencia de señales de la NSA escuchando al otro lado y me río. No puedo evitarlo. Aunque es serio el tema. ¿Quien sabe por qué se pusieron a escuchar? Por esa fecha iba a ir por primera vez a Nueva York, y quizá hablara por teléfono de visitar la zona cero o de si tendríamos mucha dificultad en pasar la seguridad del aeropuerto. Quizá una alarma salto en el reconocimiento de palabras y el Mike de turno se puso sus auriculares y escuchó. Es posible. Aznar en esa época era amiguete de Bush. O puede que fuera algo aleatorio y mi número saliera al azar.
¿Debemos preocuparnos? Bueno, hasta cierto punto yo diría que no. Salvo que te de vergüenza que te oigan decir las chorradas que se dicen cuando uno esta enamorado.
Asi que, Mike, si estas escuchando toma nota.

miércoles, 26 de junio de 2013

Rocky

Hace unos meses, cada noche me acostaba viendo dos vídeos en Youtube. Uno de ellos era de Stallone. Un montaje de imagenes de él entrenando. Al comienzo del video sale hablando de los sueños, y de que hay que seguirlos porque son los que nos convierten en lo que somos. A mitad del montaje sale un dialogo. Una charla que tiene con su hijo en la realidad y en la ficción en la quinta parte de esta serie de películas sobre el boxeo. Dice, en esas palabras llenas de coraje, que no hay que estar sometido al miedo. Que la vida puede ser muy dura algunas veces pero que la categoría del ser humano está en saberse levantar y aguantar cada embate que nos golpea con dureza, soportándolo mientras avanzas para llegar a la meta.
Cada noche durante dos o tres meses veía este video que hacia que me durmiera con la sensación de que querer es poder y que si alguien lo había conseguido alguna vez porque no iba a poder lograrlo yo. Avanzar y encontrar mi camino.
Durante ese mismo tiempo al hacer ejercicio me ponía la banda sonora que hizo Bill Conti para Rocky, una música de esas que te hace volar. Cada día, una y otra vez, escuchaba esas canciones y sudaba. Me agotaba hasta la extenuación pensando en las imágenes de la película. Mi meta era conseguir ser el potro italiano. No sólo su físico, sino su mentalidad. Una mentalidad ganadora. Un pensamiento de no rendirse jamás.
Y es que Rocky es uno de mis héroes. Es un personaje de esos que te conmueve y te hace pensar, un personaje que llega al alma. Un auténtico fracasado que sigue sus sueños y que por un azar del destino le ponen en el ring con el campeón, Apollo Creed. Y en vez de amilanarse, cree en él mismo. Le cuesta, por supuesto. En algún momento de debilidad piensa que es imposible. Pero continúa persiguiendo su sueño. Lo que ha anhelado durante toda su vida, convertirse en un grande del boxeo.
Él, un hombre humilde que vive en un apartamento cochambroso del barrio italiano de Filadelfia. Él, un tío que cada día pasa por una tienda de animales a ver a la mujer que le ha robado el corazón. Él, que trabaja para ganar algo de dinero como un pequeño matón de tres al cuarto que recauda deudas para un mafioso. Él, se ve en medio del ring. Delante de todas las cámaras. Fotógrafos, prensa, la televisión que retransmite el combate para todo el mundo. Miles de personas aclamando a Apollo y apostando en que asalto caerá él. ¿Logrará incluso aguantar siquiera el primer gancho del campeón?
Y yo me imagino que debió sentir Rocky, lo sé. Conozco esa sensación porque mi vida era así. Estaba sólo en el ring. Sólo en la vida. Hace unos meses me vi en esa tesitura. Yo era Rocky y mi Apollo era todo lo que me rodeaba. Los golpes me hacian tambalear, irme contra las cuerdas y aguantar el chaparrón cubriéndome como podía.
Yo no tenía a Adrian que gritara mi nombre al caer a la lona para que volviera a levantarme, no tenía a una chica que apartara la mirada cuando un cruzado de izquierdas me diera en toda la mandíbula e hiciera saltar la sangre de mi labio partido.
Tampoco tenía descanso entre asalto y asalto. Recuperar el aliento mientras me cerraban la brecha de la ceja era impensable para mi. Ese momento de respiro era todo un lujo en mi situación. Pero no, nunca lo tuve en ese tiempo. Y quizá fuera mejor, porque en un momento así te entran las dudas. ¿Tiro la toalla o voy a que me rompan una costilla? Yo no tendría en mi esquina del ring a nadie que me diera arengas. Un Mickey de turno, sabio entrenador, o un Pauli, el amigo que le intenta ayudar a su manera. Yo no tenía a nadie, ahí en el cuadrilatero, que me dijera ¡tu puedes! ¡ve a por ello!¡mueve a Apollo!¡qué vaya a tu ritmo! Yo probablemente, mientras la chica pasa por el ring enseñando el cartel de segundo asalto, me iría corriendo sin mirar atrás. Así que estuvo bien no tener descanso, acabar el día desfallecido mental y físicamente.
A priori Rocky no tenía nada que hacer con Creed. El campeón era todo un portento de técnica y músculos. Pero no contaba con algo. El potro italiano es terco como una mula. Y pese a pasarlo extremadamente mal en algunos instantes se mantiene en pie. Consigue que todo el mundo le respete por hacer lo que esta consiguiendo. En el último asalto ambos púgiles están extenuados. Deambulan por el ring con más corazón que fuerza.
Rocky lo ha conseguido. Ha aguantado. Se ha convertido en un boxeador. Ha logrado el sueño de su vida con coraje y empeño, cabezonería y garra. Ha luchado por lo que le pertenece, el orgullo de no haberse rendido.
Apollo es el gran derrotado pese a ganar el combate a los puntos. Todo el mundo lo sabe y corean el nombre de Rocky. Pero él sólo busca una cosa. Busca ese apoyo que se mantuvo fiel. Busca a Adrian entre la multitud, el amor de su vida. Quizá la que le mantuvo en pie en los momentos más duros sobre el ring.
Y yo busco eso mismo. Mi combate no ha terminado. Sigo moviéndome para cansar al rival, pero creo que es más fuerte que el propio campeón. Es muy duro y listo, y se sabe todas las tretas. Intento hacer fintas, engañarle para golpearle un derechazo a las costillas y dejarle sin aliento. Pero esquiva muy bien. Mi rival es un complicado oponente. Y busco entre la multitud la mirada de mi Adrian, para que me de fuerzas, para que sus ojos me den algo por lo que seguir luchando y no bajar los brazos y dejar que me noqueen. ¿Dónde estas Adrian?
¡¡¡¡¡Adrian!!!!!

lunes, 24 de junio de 2013

Mad about you

Las relaciones entre un hombre y una mujer son realmente extrañas. Yo tenía en mente que todo iría rodado. Con 18 o 20 años veía una serie en la tele que me encantaba. Mad about you, loco por ti. Las aventuras de una pareja de recién casados de treinta y tantos en Nueva York. Sin hijos y con un perro. Me acabé enamorando de Linda Hunt e identificándome con Paul, el marido, un director de documentales. Los episodios tocaban problemas que podrían surgir en cualquier pareja. Y ellos los solventaban en media hora, con unas risas y mucho humor. Todo era muy bonito pero un cuento al fin y al cabo, ya que en la realidad las relaciones son algo más complicadas.
Empezando por el principio. ¿Cómo coño sabes cuando estas saliendo con alguien? Me he enterado hace unos meses que cuando quieres ser pareja de alguna tía ya no se lo pides, ahora basta con pasarlo bien y quedar para tomar algo y enrollarte, lo repites un par de veces o tres y por arte de magia ya tienes pareja, ¿o no? Porque al no pedirlo, ¿cómo sabe el otro o la otra que es lo que hay? Demasiado nebuloso a mi parecer. Un mundo de tinieblas en el que se mueve uno y que si da un paso en falso puede fastidiar no ya lo de ser pareja sino incluso la posible amistad.
En mi caso, cuando empecé a salir con mi ex le pedí que fuera mi novia. Incluso ella me admitió que eso ya no se hacía. Le pareció gracioso. Debo ser algo raro, sinceramente. Nos conocíamos desde hacia 15 días más o menos y un sábado hablando por teléfono me dijo que había ido con unas amigas a un garito a bailar. Me dió un ataque de pánico por si la perdía si conocía a otro y en ese mismo momento, por teléfono, le dije ¿quieres ser mi chica? ¿De que otro modo podría hacerla ver que quería algo más serio?¿Dejando todo en el aire y que ella pensara que era probable que me gustara? Claro que esto ocurrió el sábado a las 3 de la mañana. El domingo al despertar me dije, ¡¿qué leches has hecho Rubén?! Y la llamé para decirla....mira que creo que vamos muy rápido....pánico total, alarmas en rojo y sirenas por todos lados. Al final quedamos en el Retiro y un par de horas de lloros y abrazos dejaron las cosas claras. Ya éramos pareja.
Ahora parece todo más sencillo. En teoría, porque sigo muy bien sin saber cual es esa línea que separa el divertirse como buenos amigos o el salir como pareja.
Y es que estoy muy confuso. Nunca me había puesto a pensar sobre ello. Pero parece ser que según términos de una amiga yo tengo el carácter de un chico-chica, es decir, que a la hora de quedar con una mujer estoy a la expectativa. No doy ningún paso si no estoy seguro al 100% de que es lo que quiere ella. Y eso es algo que me escama mucho. ¿Por qué los tíos tenemos que dar siempre el primer paso? Somos nosotros quienes tenemos que llamar, mandar mensajes o escribir un correo si nos interesa alguien pero si a una tía le interesa un tío ¿por qué no lo dice? Me gustas, ¿y yo a ti? Demasiado directo quizá pero seguramente mucho mejor. 
Una risa tonta, una mirada furtiva mientras estas con un grupo de amigos, quizá un ¡qué bobo eres Rubén! mientras te toca levemente el brazo. ¡Coño, si te gusto dimelo y dejemos el tonteo!
Quizá es que soy yo, que pillo mal todos estos temas, quizá lo evidente sea demasiado duro si no hay reciprocidad. Las señales son todo un misterio para mi, despistado como soy, que me quedo embobado con cualquier chorrada sin prestar atención a las indirectas lanzadas al aire para que una mente despierta las capte y actúe. 
Yo, sin embargo, no soy así. No pillo las sutilezas creadas por las mentes femeninas. Para mi una sonrisa es una sonrisa, un bostezo un bostezo y si una chica se agacha para colocarse la sandalia no creo que me esté enseñando el escote para decirme Rubén, esto puede ser tuyo hoy, ahora. ¡Túmbame en el capó de ese coche y hazme gemir!
Soy simple, lo sé. Cuando quedo con alguien lo único que tengo en mente es disfrutar, y actuar como soy yo. Poner los sentidos en mirarla. Observar la mueca que hace al sonreír o como gira la mano al coger un vaso para beber. Escuchar la sonoridad de su voz. Como se toca el pelo al hablar conmigo. O dilucidar si la ropa que se ha puesto me gusta o no. 
También es verdad que hay veces que es mejor callarse, he de admitirlo. Sabes que no hay oportunidad pero aún así deseas que no te lo confirmen. Y por ello te callas y sigues viviendo tu fantasía pensando que quizá algún día seas objeto de sus sueños más íntimos y que te llame por teléfono y al contestar, ella te diga Rubén seamos felices para siempre. 
Puede que sea muy iluso al pensar que eso sucederá algún día. Puede que yo, como hombre, sea el que tenga que dar el primer paso y arriesgar. Lanzar los dados esperando que sumen once y ganar la apuesta, rezando para que no salgan los temidos ojos de serpiente.
Así que todo se reduce a eso, un juego de azar. Manejar las cartas que posees de la mejor forma posible para al final de la noche ganar la partida. Es triste pensar en estrategias y modos de juego, en claves y señales, ya que eso te quita lo mejor de toda la cita. Simplemente disfrutar y pasarlo bien.

sábado, 22 de junio de 2013

Corazón

Vital para la vida.
El corazón es un misterio para mi. Tan pronto late a mil por hora ante un estímulo tan tonto como una mirada, tan pronto bombea lentamente dejando que todo pase a cámara lenta.
El órgano que no se puede dominar por mucho que te empeñes en ello. Siempre obedece a sus propios instintos sin que tu mente pueda domarlo.
Y lo intento, pero es imposible para mi encerrarlo. Es utópico intentar mantener un ritmo constante. Las 80 pulsaciones de media son imposibles en muchos instantes. Momentos en los que se desboca y suben a 120, una manada de bisontes corriendo. Una taquicardia que te hace incrementar la respiración, te hace subir el nivel al que trabaja el cerebro para no colapsar. Y todo producido por una sola mirada. Unos ojos fijos en ti. Unos brillantes ojos que me observan.
Momentos después ese ritmo cardíaco baja a niveles preocupantes, casi pensando que eres un fantasma, un ser inerte. Pero imposible serlo. Y sabes que estas vivo porque la rozas. Porque sientes su piel. La causa de ese lento bombear es la unión de ambas manos. Breve. Muy corto. Unos segundos que parecen días al juntar las palmas. La calidez, la suavidad. Muy fugaz todo pero de una intensidad abrumadora.
Cada uno intenta dominarlo como puede, pero no es un animal domesticado. Muchos lo meten en cajas para así enjaularlo en cierta forma. Pero al igual que el León, a veces ruge y se envalentona y pasa todo esto. Incontrolable, de naturaleza salvaje, se escapa por una rendija abierta en el caparazón creado. Y ve la luz por unos instantes. Y corre, salta y disfruta como el León devuelto a su sabana africana.
El corazón, impredecible, vuelve a la libertad. Se emancipa de la cárcel en la que ha estado enclaustrado y grita con absoluta felicidad. ¡Soy libre!



jueves, 20 de junio de 2013

.....Y la verdad os hará libres.....

Estaba en el monumento a Washington. Una enorme cantidad de gente se arremolinaba alrededor del obelisco esperando su turno para subir en el ascensor. Nos habían dado unos tickets con una hora determinada y dábamos una vuelta por el National Mall de la capital americana mientras nos llegaba el momento de ascender. Y caminando por ese enorme parque me pregunté, ¿será cierto todo lo que he leído sobre este lugar?
Entre otras cosas había escuchado teorías sobre la concepción de la ciudad por un grupo de personas con unos conocimientos secretos, había leído datos extraños, extravagantes. Había visto documentales que decían que incluso el mítico tesoro de los templarios había pasado por allí de camino a algún lugar recóndito del planeta.
¿Verdad o mentira?
Todo el mundo ha oído hablar de la Wikipedia, incluso seguramente muchos de vosotros hayais buscado alguna curiosidad en su base de datos. ¿Cuándo empezó la guerra de los 100 años?¿en que año nació Babe Ruth?¿qué es la hypnerotomachia?
Un sinfín de preguntas que tienen respuesta en esta macro enciclopedia. Pero, ¿nos podemos fiar de lo que cuenta? Cualquiera puede variar su contenido. Un pirado podría poner que Juan Carlos I es el rey de Siam y seguramente en algún lugar de la Tierra alguien se lo creería. Hasta los propios creadores y responsables de Wikipedia te piden que consultes otras fuentes para verificar datos. Se ha demostrado que el FBI, la CIA, un montón de gobiernos, el MI6, empresas importantes como Macdonalds o Coca Cola...todos ellos han variado la información que de ellos o de terceras personas se cuenta en la enciclopedia online por excelencia.
Y cuando lees algo me pregunto, ¿verdad o mentira?
Cuando encontraron a Bin Laden en su refugio no había certeza absoluta de que fuera él. No entraron antes para preguntar, ni siquiera hubo fotografías que pudieran corroborar que era él y no otro árabe con turbante el que pululaba por esa casa. Soplos y confidencias de tipos de dudosa credibilidad, gente con la soga al cuello en muchos casos, gente que vendería su alma si les dieran algo por ella dijeron que se encontraba en ese palacete en la afueras de una ciudad paquistaní.
Y cuando acabaron con él, si es que era él, los yanquis contaron que el cuerpo había desaparecido para siempre. Que el cadaver lo habían tirado al mar en un lugar indeterminado. Esto hubo mucha gente que lo creyó posible, incluso algún millonario con ganas de gastarse parte de su fortuna y con mucho tiempo libre emprendió una búsqueda para hallar el cuerpo, vete tu a saber para que fin. Un tiempo más tarde, salió a la luz un documento que decía que a Osama se lo habían llevado por aire, un helicóptero lo habría llevado supuestamente a territorio americano. Muerto eso si.
Algún funcionario con los bolsillos llenos, un hacker que fisgó demasiado, un soplón en contra del gobierno, quien sabe como salió a la luz ese documento. Puede que todo sea una cortina de humo y que aún siga vivo en algún zulo de Wisconsin, en medio de la nada. Hay teorías para todos los gustos y yo tengo la duda. ¿Será verdad o mentira?
Ahora está en todos los periódicos deportivos. Neymar es jugador del Barça. Hace un año más o menos que se sabía que iría allí pero no podían hacerlo oficial. De todas formas, una delegación del Barcelona marchó a Brasil hace un tiempo con un cheque en uno de los maletines negros que la gente trajeada siempre lleva de la mano. ¿Para quien era ese cheque? Para el papá de Neymar, querían asegurarse que no habría tentaciones de otros clubes y comprar la fidelidad del jugador brasileño y de su familia. Diez millones de euros era la cifra puesta en ese cheque. Impresionante número. Ahora, una vez hecho oficial y ya habiendo vestido la camiseta azulgrana en la presentación ante los medios, el padre en una entrevista dijo que no había cheque. Todo había sido un mentira pertrechada por ciertos periodistas. ¿Verdad o mentira?
Vivimos en un mundo en el que ya no sabemos que creer. Las cosas se adornan de cierta forma, esconden la verdad entre tantas mentiras, que es imposible saber que hay de cierto en una noticia o en cualquier afirmación que leamos por ahí.
Y esto me toca de alguna manera.
Una chica hace poco tiempo me dijo. Rubén tu no eres real, no existes. No puede haber tíos así. Al principio me quedé sorprendido. Me dije, ¿por qué duda de mi? No tengo porque mentir, en realidad muchas de las cosas que digo a los pocos días me arrepiento por si he sido demasiado sincero. Es difícil, y más ahora, tocar ciertos temas. Antes me leía uno ahora me leen diez. No obstante le transmití mi incredulidad ante esa afirmación. ¿Por qué crees que no soy real? Eres demasiado honesto, demasiado sincero, demasiado sensible, demasiado romántico....demasiado.
Por supuesto. En un mundo en el que todo tiene un doble fondo, una cara oculta, un lado oscuro, no te puedes fiar de alguien que cuenta su vida porque sí. Siempre tendemos a pensar que hay un motivo extraño en todo esto.
Quizá los que han leído sólo la última etapa de mi vida piensen que soy romántico, o sincero. Muy sentimental. Y es así. Quizá ahora hablo más del amor, de príncipes y princesas. Supongo que es la etapa en la que estoy ahora. Hace unos meses andaba por el blog contando mis escarceos con el mundo subterráneo. El pozo profundo en el que me encontraba era mi tema principal, y me regodeaba ante mi desdicha.
Sigo triste. Muchos días la cabeza tira hacia temas más melancólicos. Pero ahora veo abrirse las nubes en la primavera madrileña. El futuro es incierto. Pero la mentalidad es de querer encontrar de nuevo el amor. De ahí mi romanticismo de ahora.
La verdad es que no se sí hay muchos tíos como yo. Espero no ser el último de los mohicanos.
Y anoche al meterme en la cama busqué una canción. De una cinta que compré con doce o trece años. Una canción que me hizo sonreír. Rick Astley y su "Never gonna give you up". No lo voy a negar, me descojoné viendo el bailoteo de Rick en el video. Y me hizo preguntarme, ¿en serio con doce años yo cantaba esta canción y bailaba como el pelirrojo? ¿Seré real o una mentira?
Puede que el día que tuve el accidente con el coche a principios de Marzo yo quedara maltrecho y esté en una cama de hospital y como Amenabar hizo con Eduardo Noriega en "Abre los ojos" todo sea algo imaginado, implantado en mi memoria. En ese caso Rubén sería un invento, las fantasías de una científica que busca cualidades en los hombres desaparecidas hace tiempo. Por ello me ha convertido en un ser irreal. Sus anhelos y deseos introducidos en el tubo de ensayo que es mi mente. Quizá la pelirroja con la que soñé el otro dia es ella misma, que se metió en mi sueño para tener una velada pasional. Para verificar que el experimento va bien.
¿Es todo verdad o es mentira?
Abre los ojos......