La vida no se mide en minutos se mide en momentos.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.

lunes, 7 de octubre de 2013

Billy el niño

                       

Billy the Kid, todo el mundo ha oído hablar de él alguna vez en su vida. Un personaje histórico al que probablemente se le atribuyen más actos delictivos de los que en realidad cometiera.
Viendo la única foto que se conserva de Billy se diría que no podría matar ni a una mosca. Un chico apacible y bonachón me atrevería a decir a priori, pero la fama es otra. Quizá agrandada maliciosamente por sus enemigos, puede que ensalzada en demasía por sus numerosos seguidores que incluso pidieron su indulto más de 100 años después de su muerte. 
Lo que si es cierto es que ese hombre al que veis en la fotografía luchó por sus ideales contra viento y marea. Pese a estar perseguido por el temible Pat Garrett, el Sheriff del condado de Lincoln, siguió viviendo como él deseaba. Desde luego era un chaval con convicciones. 
Y eso le llevó a que pusieran precio a su vida. ¿Cuanto vale un alma? Simple y llanamente la vida del forajido más famoso del oeste americano se tasaba en 500$ como reza el cartel. 
Siempre me ha llamado la atención la historia de esa extraña cara. Seguramente porque conocí su vida en un momento en el que yo me creía un rebelde y me parecía que ese personaje era un interesante modelo en el que fijarse. 
Su hermano y él tuvieron que salir adelante solos ya que al morir su madre, su padrastro los abandonó. En un mundo lleno de violencia trabajó en muy diversos oficios hasta que encontró un nuevo hogar en un rancho de Nuevo México. Una trifulca entre rancheros le dejó de nuevo sin esa figura que él veía como un espejo en el que mirarse y quiso vengarse de ese sistema que permitía que le arrebataran a sus seres queridos. Y empezó a delinquir. Pequeños hurtos al principio que hizo que le arrestaran en varias ocasiones, pero le soltaban al poco. Hasta que un día quiso escapar de la ley y mató a sus captores, puede que un par de ayudantes del Sheriiff. Ahí empezó la leyenda. Duelos de pistoleros en cada pueblo, peleas en los salones delante de un whisky y una baraja de cartas quizá, robo de ganado, e incluso alguna escaramuza nocturna donde nadie sabe quien disparó a quien o que pistola mató a nadie. 
La leyenda se iba forjando poco a poco hasta el día de su muerte. El día en el que Pat Garrett dijo a sus ayudantes al salir de un callejón oscuro....creo que le he matado, creo que el maldito Billy El Niño está muerto. Si, ni siquiera su muerte se libra del mito. Algunos dicen que no murió y que siguió con vida muchos años más, ya que en ese negro callejón el cadáver que yacía en el suelo no era el de William. 
Billy buscaba liberar la ira que sentía hacia el injusto mundo, Pat reconocimiento por capturar al bandido más famoso del momento, los ciudadanos de a pie los 500$ de recompensa. Y yo, ¿qué busco?
Muchas veces me he hecho esa pregunta y siempre obtengo la misma respuesta. Busco un corazón. Uno que se acelere al acercarme, uno que bombee más rápido y fuerte si la mujer que lo posee esta junto a mi. También busco una mente despierta, que tenga curiosidad por las cosas que nos rodean, que se haga preguntas aunque no sepa las respuestas. Por supuesto ese corazón y esa mente deben estar acompañados de un alma muy pasional. Cada cosa que haga debe acometerla con una ilusión que sea contagiosa, con una alegría desbordante. Otra característica indispensable sería que tuviera una fuerte personalidad para hacerme frente cuando fuera necesario, en la peleas o discusiones del día a día o en las riñas domésticas. Es decir, alguien que sepa replicarme y que debata conmigo sus ideas. Por supuesto debe ser aventurera y cogerme de la mano y decir vamos allá Rubén, curioseemos. Sin ninguna duda debe gustarle viajar y pasear sin rumbo fijo, perdiendose entre la gente  y observando la vida alrededor. Soñadora y un poco cría, como yo, para así no hacerme sentir un bicho raro entre la multitud, sabiendo que a mi lado hay alguien que comparte mis anhelos. Y también, claro, una mujer que disfrute de cada pequeño detalle. Una caricia o un beso, una sonrisa o una mirada, un susurro en la cama o una conversación esperando el ascensor para bajar a la calle. 
¿Y cuando cierro los ojos todas estas características abstractas tienen una imagen física? De momento no. A lo largo de mi vida me han gustado toda clase de mujeres de distinto aspecto. Sin dudarlo, me tiene que llamar la atención pero no hay algo definido de antemano. Así que cuando sueño con ella por las noches veo una especie de figura emborronada a la que abrazo y amo con locura. Se podría decir que ella estaría en un cartel de se busca vacío, uno tal que así.....

                                   

Billy no tuvo fortuna en su venganza ya que le mataron antes de tiempo. Garrett acabó sus días arruinado y sin gloria alguna y nadie obtuvo los 500$ de recompensa por la muerte de William H. Bonney. ¿Tendré yo más suerte en mi búsqueda? ¿Seré premiado con el beneplácito de los dioses y me concederán lo que tanto deseo? 
Puede que alguien me tache de exigente e iluso pero, ¿es pedir demasiado ser amado?¿es imposible que exista esa persona que te ame por encima de todo y a la que corresponder con el amor más puro que tu corazón es capaz de dar?
Yo no lo creo, más aún, es lo que deberíamos conseguir todos algún día. Tendríamos que ser como Billy el niño y no cejar en nuestro intento de encontrar esa interrogación del cartel pese a todos los Pat Garrett del mundo que intentan decirnos que el ser humano puede ser feliz sin amar.